Series y realidad: ‘Nadie nos vio partir’, ‘Cometierra’

DAVID TOVILLA

Desde que el interés por la pantalla migró a las plataformas, éstas no dejan de sumar títulos. Hay diversidad y exceso: algunos contenidos despiertan curiosidad; la mayoría, apenas rellena el tiempo.

Por eso, cuando las plataformas apuestan por miniseries que tocan fibras sociales con buena manufactura, conviene detenerse en ellas. En octubre aparecieron Nadie nos vio partir (Netflix) y Cometierra (Prime Video): ambas resuelven con oficio y sensibilidad el fondo del problema que retratan.

 

Nadie nos vio partir se basa en la novela homónima de la mexicana Tamara Trottner. Narra un caso de violencia vicaria: esa forma de crueldad en la que los hijos se utilizan para herir a la madre. Los hechos son reales: la propia autora fue la niña sustraída, junto con su hermano mayor, y mantenida oculta por su padre durante dos años. Al tratarse de familias con amplios recursos económicos, fueron escondidos en distintos países: Francia, Italia, Sudáfrica e Israel.

El trabajo de Trottner consistió en recuperar, con la distancia del tiempo, las razones de cada protagonista. El “Viaje” —como la autora lo nombra para poder asimilarlo, pues incluso en los periódicos se publicó que había sido un secuestro— queda documentado desde varias voces: en el libro, de forma aleatoria; en la serie, de manera lineal. La autora indaga para entender cómo actuaron todos de 1969 a 1971, cuando ella tenía cinco años.

Ahí reside su fortaleza: no busca acusar, sino exponer esas miradas parciales que, al entrelazarse, reconstruyen una verdad posible: «Hubo dos viajes y dos historias. Dos verdades. Las dos, verdaderas… La historia tiene muchas verdades, todas ciertas».

Eso no diluye que la miniserie refleje el patrón que siguen los violentadores: engañar, mentir, convencer a los pequeños de que la madre no desea verlos ni hablar con ellos; de que los olvidó o no los busca. Mientras tanto, ella abandona su vida para entregarse a la búsqueda, incluso de pistas falsas y gestiones azarosas, desesperantes, como en un caso expuesto este año en este blog.

Cinco episodios reveladores que dejan hondas reflexiones sobre las pasiones y las acciones humanas.

La otra serie de interés es Cometierra, que lleva al audiovisual la novela de la argentina Dolores Reyes. La historia aborda el drama de los desaparecidos y sus familiares.

No pudo haber mayor acierto que adaptar el texto a México, un país donde empieza a normalizarse, de manera indebida, la tragedia de las desapariciones: un fenómeno indetenible, en ascenso, que ya alcanza a 130 mil personas. Con el agravante de que las autoridades han intentado borrar incluso las cifras. Desaparecer a los desaparecidos: una infamia.

La serie atisba todo lo que rodea a las desapariciones: feminicidios, trampantojos, huérfanos, indignación colectiva, búsqueda grupal, convicciones familiares, decisiones criminales, conexiones espirituales y el descubrimiento de capacidades inusitadas.

La realidad mexicana vuelve imprescindible un producto como Cometierra, aunque debiera ser innecesario: nadie tendría que ser suprimido como ocurre, de forma permanente, en este país.

Es un magnífico trabajo: su ritmo es impecable; su protagonista, prometedora; la violencia, dosificada porque no es el eje; y su tratamiento, humano, comprometido y solidario. Una serie consciente de que el dolor no necesita espectáculo, sino mirada y escucha.

Ambas series, desde ámbitos distintos —la violencia vicaria en Nadie nos vio partir y las desapariciones en Cometierra—, revelan un mismo mal: la utilización de la vulnerabilidad de las personas y su fragilidad cuando intervienen el abuso, el poder y la impunidad. Las dos indagan en las repercusiones y en las fracturas que dejan los agresores. Juntas recuerdan que la violencia no se limita a lo privado, a una clase social ni a un territorio específico: cualquier ser humano está expuesto a la vileza de otros. Narrar estas historias con rigor es un acto de memoria que contribuye a sostener la mirada allí donde muchos prefieren apartarla.